5.25.2011

Sol, solecito...




Sol… como su nombre lo dice, irradia a todos los que la rodean, les brinda felicidad, ternura, paz, y alegría; y es que no sólo su mirada; su sonrisa, aquellos dientecitos de leche, de una niña de apenas 6 años, deslumbran a cualquiera; ¿a cualquiera?, a cualquiera, menos a su padre, al parecer a éste sol le inspira otro tipo de “cosas”, ¿cosas?, sí no hay término adecuado para lograr contextualizar a alguien acerca de aquellos retorcidos, nauseabundos, y viches pensamientos que se le pasan por la cabeza a éste hombre.. Así es, Sol ha sido violada, maltratada y abusada por su propio padre durante 1 año consecutivo de la manera más cruel posible: sexualmente.

Y es que Solecito no es la única, es sólo uno de los 35.204 (1) casos de maltrato infantil que se presentan en Colombia, ¿35.204?, sí, así como lo lee, y eso, sin contar aquellos que por causas diversas han permanecido aun bajo cuerda, en el anonimato, y no han sido denunciados, ¿miedo?, ¿pánico?, ¿horror?, ¿perturbación?.. No se sabe con exactitud, pero ahí permanecen, invisibles, nos acechan, están a la espera de una pequeña distracción, de una mirada a otro lugar, y nos atacan… así es el mal, presente en lo impensable, y es que para quien resulta fácil aceptar que la mayoría de los agresores son los propios padres, ¿en qué mente?, ¿será realmente
posible?.

…Y esta es la cruda realidad a la que nos enfrentamos, no es de hombres (entiéndase por hombre, a el único mamífero bípedo racional), no es de humanos, no es posible que en una sociedad como está, aquella que según las pantallitas que tenemos en nuestras salas, esta “avanzando” y progresando gracias a lo que solemos llamar globalización, donde el futuro marca el vuelo de una gaviota y no el paso de un cangrejo, aún se presenten estos atroces hechos.
La niñez, esa etapa angelical, donde todos los chiquitines son cuasi alados, donde las travesuras, las sonrisas, la alegría, son el pan de cada día, no deben ser opacadas por esos deseos sombríos que se suelen adquirir con los años. Los niños son niños, soñadores, idealistas, indefensos, altruistas… su felicidad no tiene nombre, ni mucho menos precio, su felicidad esta en los
pequeños detalles de la vida, en los importantes.

Porque infancia, no tiene un origen etimológico en infamia inextricable, inefable, ni mucho menos en ineluctable, infancia es aquel “valle ameno, de calma y de frescura bendecida, donde el suave el rayo del sol abrasa el resto de tu vida”. (2)



1* Noticia publicada en el portal Vanguardía.com, el 17 de noviembre del año 2010. Cifras tomadas del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar. - http://www.vanguardia.com/historico/82693-icbf-reporto-mas-de-35-mil-casos-de-maltrato-infantil
2* Poema infancia, José Asunción Silva.