Yo
no sé usted señor lector, pero yo, estoy mamada de la cantidad absurda de
“escándalos” en los que se ha visto envuelto el país durante los últimos meses,
la forma particular en cómo los medios de comunicación presentan la
información; y sobre todo, lo más chocante para mí, aquella actitud indiferente
y ciega que se toma hacia los verdaderos problemas que nos acechan.
Bien
decía un gran escritor colombiano “la realidad supera la ficción”, y no está
demás citarlo cuando día a día una o dos “chivitas” son el centro de atención
de todas las miradas; noticias como el escándalo en torno a las mujeres que
fueron contratadas por los Agentes del
Servicio Secreto, la “embarrada” de Shakira al cantar el himno nacional, la
liberación y posterior captura de Sigifredo López, el misterioso caso Colmenares y la particular procedencia
de sus implicados, el “descache” del senador
Merlano al manejar sin licencia de conducción… sólo por mencionar algunas…
Y las más recientes, como los funcionarios y
políticos que fueron mencionados en el diario de Juan
Carlos Ramírez, el tal “Chupeta”; la fiesta de
matrimonio de otro narco-paramilitar al cual asistieron reconocidas figuras de
nuestra farándula colombiana -el man no
andaba muerto, andaba de “fritanga”-, el título “chimbo” de Ubeimar Delgado,
nuestro nuevo Gobernador; la columna de la Azcárate sobre las gorditas… ¿y por
qué no?, el regreso de “Ese Oscar” a la casa estudio.
¿No
se le hace raro?...
No sé si peco por mi malicia indígena, pero la
verdad me parece que detrás de cada uno de éstos sucesos, más que representar el
reflejo de nuestra maltratada sociedad, se esconde algo más escabroso.
Me
atrevería a decir que son simples “cortinas de humo” que pretenden ocultar algo
importante, noticias con verdaderas repercusiones, como lo son la pasada puesta
en marcha del TLC (Tratado pa` Los de Cuello blanco) el 15 de mayo del presente año (empañado por el atentado al
Ex – ministro Fernando Londoño), y la ahora famosa y renombrada Reforma a la
Justicia, que pone la Constitución de nuestro país a merced del beneficio de
unos pocos… de los mismos de siempre; en éste caso particular de los intereses
de los congresistas, magistrados y las diferentes ramas del poder.
“Pan
y circo” era la estrategia de los antiguos romanos para mantener al pueblo
distraído, con el fin de que olvidaran sus verdaderos problemas y no se inmiscuyeran
en los asuntos de Estado; situación que hoy en día no está lejos de nuestra
realidad, eso sí, al menos a los romanos les daban pan...
No
es correcto señalar sólo a los dueños del monopolio comunicativo y sus
“titiriteros” como los culpables de nuestra desinformación e ignorancia frente
a ciertas problemáticas del país, en parte también tenemos culpa por caer en su
juego.
...pero
bueno, por el momento tocará aguantarse, supongo que será necesario considerar
como parte trivial de la rutina la algarabía formada alrededor de temas como la
convivencia de los tales protagonistas en la casa estudio (que terminan siendo
“Trendind Topics” en las redes sociales); y la indiferencia de la gran mayoría frente a la verdadera
situación de un país lastimado y manoseado por sus dirigentes.
Yo
le recuerdo algo Señor lector, como decía Simón Bolívar: “un pueblo ignorante,
es instrumento ciego de su propia destrucción”.
Lina
María Álvarez
*Columna publicada en el portal de la Revista El Clavo, Julio de 2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario